MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

En la Lancha del Genil, próximo al cauce del río Genil se encuentra el Cerro del Sol. Aquí se localizan unas minas de oro de origen aluvial, conocidas como explotación del Hoyo de la Campana u Hoyo del Gigante, hoy en día abandonadas.

La explotación minera, a cielo abierto, del Hoyo de la Campana se empezó a trabajar desde época pre-romana, en torno al siglo primero antes de nuestra era. Constaba de cuatro partes bien diferenciadas, formadas por la red hidráulica, los desmontes, los canales de lavado, y las casas de los mineros.

La parte más visible de la explotación minera, es la zona de desmontes o vaciados mineros, que está compuesta por un singular paisaje formado por cárcavas artificiales, producidas por la técnica de minería hidráulica denominada ruina montium.

RESTOS DEL CANAL DE EVACUACIÓN - MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

RESTOS DEL CANAL DE EVACUACIÓN – MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

Esta técnica consistía en desmoronar los cerros auríferos inyectándoles agua, provocando gigantescos desprendimientos. El agua se encauzaba hacia el interior de la montaña, mediante una serie de galerías y pozos excavados en los frentes de explotación. El líquido era liberado dentro de las montañas, y con la fuerte presión que ejercía sobre las mismas era capaz de desgajar paños enteros de la ladera, provocando junto a un ruido ensordecedor, la ruina de la montaña que se había formado hacía más de 8 millones de años. El máximo exponente de este tipo de minas romanas a cielo abierto se encuentra en las minas de Las Médulas, provincia de León.

La técnica “ruina montium” en Granada, se dejó de utilizar en torno al siglo III, debido fundamentalmente al alto coste de mantenimiento de la mano de obra.

Los romanos crearon una amplia red hidráulica de más de 10 kilómetros, compuesta de canales, depósitos y zanjas de evacuación de los conglomerados.

En época islámica esta zona ya era conocida como Lanŷar, que quiere decir “lugar abundante en charcos de agua”, porque esta zona es un delta que recibía los aportes de lodos y barros procedentes de las antiquísimas minas de oro. Según los escritos conservados desde el siglo X hasta el XIV, al parecer, durante la dominación árabe la extracción de oro rojizo, se realizaba bateando las arenas auríferas de los ríos Darro y Genil.

GALERÍAS - MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

GALERÍAS – MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

Tras la conquista cristiana de Granada, los nuevos pobladores se interesaron por la existencia de oro, tanto en los ríos Darro y Genil, como en los cerros inmediatos a la Alhambra. Sin embargo, el oro proveniente de América, que era de más fácil extracción, provocó que los escasos aureanos clandestinos de la zona cesaran su actividad.

La fiebre del Oro en Granada – siglo XIX

A mediados del siglo XIX se desató de nuevo la “fiebre del oro” en Granada. En 1847 comenzaron a solicitarse algunas de las primeras concesiones mineras tanto en el término de Cenes de la Vega como cerca de la Alhambra. Algunas de estas minas les daban nombres tan curiosos como California, California Granadina, Nueva California, La Australia, Potosí, La Bufa de Zacatecas, o El Dorado.

Tanto alboroto se formó con la nueva fiebre del oro, que a los viajeros románticos llegados a Granada les gustaba visitar las zonas de bateo. La viajera inglesa Louise Tenison escribió entre 1850 – 1853

Algunas veces el lecho del río se ve animado por la presencia de unos cuantos buscadores de oro de aspecto miserable, cuyas recompensas de ningún modo se pueden corresponder con su perseverancia. La arena marrón oscura, cuando se lava, proporciona unos cuantos granos brillantes, suficientes para probar los derechos del río para que sea llamado el Dorado Darro, y para pagar el trabajo de los pobres con unos cuantos reales al cabo del día.
Al principio parece que era más abundante, y a Carlos V, cuando llegó a Granada le regalaron una corona hecha con el oro del Darro.

 

zona de desmontes o vaciados mineros- ruina montium

zona de desmontes o vaciados mineros- ruina montium

En 1873 Carlos Álvarez de Sotomayor solicitó, como representante de la compañía hispano-francesa, “Sociedad Anónima de los Terrenos Auríferos de España”, autorización para crear un canal, que partiera desde el río Aguas Blancas hasta las explotaciones auríferas Cerro del Sol. El proyecto de Sotomayor tras ser abandonado en un primer momento se volvió a retomar en 1880, por su nuevo propietario, el empresario y galerista de arte parisino, Jean Adolphe Goupil. Esta construcción fue proyectada por Edmond Guillemin-Tarayre y es conocida como Canal de los Franceses.

EL NIÑO DE LAS PINTURAS - INSTALACIONES MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

EL NIÑO DE LAS PINTURAS – INSTALACIONES MINAS DE ORO DE LANCHA DEL GENIL

Jean Adolphe Goupil invirtió 10.000.000 francos de la época, para reabrir las minas de oro de Lancha del Genil. Construyó el Canal de los Franceses y una serie de instalaciones con oficinas, viviendas, y estanques de lavado que actualmente están en ruina, y que podemos ver cerca del Santuario de Fátima.

Los franceses utilizaron una técnica algo diferente a la de los romanos, ahora las laderas se desmontaban mediante la fuerza de potentes chorros de agua aplicados en la parte alta de la montaña. El agua y los materiales devastados eran arrastrados mediante diversos canalillos de lavado fino, llegando finalmente a unos tanques donde se separaba el oro.

Como curiosidad contar que la portada de entrada a la fábrica de la explotación de arenas auríferas de Jean Bautiste Michel Adolphe Goupil, era un arco de herradura que perteneció a la almunia árabe de la Casa de las Gallinas.

En 1893, tras la muerte de Adolphe Goupil, propietario de las minas de oro del Cerro del Sol, la empresa decayó. Sus herederos esperaban una rentabilidad elevada y rápida. Esto provocó cambios de estrategias, y la ruina de la empresa. En 1901 Georges Constant adquirió la explotación “Sociedad Anónima de los Terrenos Auríferos de España”, rehabilitando el lavado de arena aurífera. Esta actividad duró hasta el primer tercio del siglo XX, cerrando la mina de oro definitivamente en torno a 1930.

Durante la Guerra Civil, la mayoría de las galerías que quedaron se cegaron, para evitar que fueran refugio de los “maquis”.

Si buscas un lugar cerca de la capital granadina en el que pasar un rato agradable, en plena naturaleza, al que puedas ir caminando o en bici, adecuado para ir con niños y además aprender algo más de la historia de Granada, entonces tienes que acercarte a las antiguas minas de oro de Lancha del Genil.

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