PASEO DEL SALÓN
El Paseo del Salón discurre paralelo al Río Genil y se
extiende desde el Puente Romano, y la plaza del Humilladero, hasta la fuente de
los cuatro Leones, a la altura del Kiosco de Las Titas. Ahí comienza el Paseo
de la Bomba, al que estuvo unido hasta principios del siglo XIX.
El paseo del Salón está formado por un amplio bulevar con
farolas y bancos, que comienza en la Fuente de las Granadas. Un poco más
adelante nos encontramos con el Kiosco de Música. Este bulevar se usa para diversas
actividades: exposiciones, conciertos, mercados, etc.…
Los jardines históricos, que se sitúan en el margen derecho
del río, formaban el límite de la ciudad hacía el sureste. En 1612 en esta
orilla del río Genil existía una gran alameda a modo de corredor, llamado Acera
de los Lecheros.
La primera actuación sobre estos jardines tuvo lugar en la
segunda mitad del siglo XVIII, con la plantación de álamos para afianzar el
terreno, debido a que las continuas riadas inundaban y destruían todo a su
paso.
Fue con la invasión francesa de Granada en 1810 cuando se
proyectó este espacio, confiriéndole una fisonomía propia de los jardines
públicos franceses, y se creó un jardín botánico que fue destruido por los
españoles al marcharse el General Horacio Sebastiani.
La denominación de Paseo del Salón proviene del término
francés “Salle de sejour” o sala de descanso.
En 1853 se reorganizó el conjunto, disponiendo los parterres
en formas geométricas. Posteriormente con el encauzamiento del río, se volvió a
actuar sobre la zona, moviendo y añadiendo algunas fuentes, restaurando los
jardines con bojs y aligustres.
Este gran paseo hacía de recepción al barrio burgués de Las
Angustias, adquiriendo para las clases populares la consideración de un espacio
casi privativo donde ellos no concurrían.
A principios del siglo XX los jardines del Paseo del Salón
adoptan formas curvas en su trazado, y se le añaden otros elementos, como la
construcción de un Salón de Baile (actualmente Biblioteca pública). También se
construye el “puente de las brujas”. En los años 40 del siglo XX se construye
la puerta de los leones que da entrada a las Titas, y posteriormente la fuente
dedicada al naturalista Felix Rodríguez de la Fuente.
Caminar por los jardines del Paseo del salón y su bulevar
nos traslada a una época romántica, donde los paseos aburguesados y el tránsito
de las carrozas ricamente engalanadas avivaban las tardes soleadas de la
ciudad.
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